EL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE UNA NAVE INDUSTRIAL
Las naves industriales tienen grandes espacios sin apoyos intermedios para facilitar la operación sin obstáculos ni restricciones, consiguiendo así una gran facilidad y comodidad de espacio a la hora de trabajar.
Para empezar con el proceso de construcción de una nave industrial se debe saber a qué tipo de actividad va a ser destinada, ya que existe una legislación específica que se debe seguir según su uso además de otros documentos (CTE y RSCIEI). Por otra parte, el tipo de actividad al que va a ser destinada también influye en la dimensión de la nave ya que según la cadena de producción que se vaya a utilizar variará la longitud necesaria de la misma.
Ya con esta información, para empezar con el proyecto es importante conocer el lugar de emplazamiento donde se quiere construir y el tipo de nave industrial necesaria.
Podemos clasificar varios tipos de naves industriales según los materiales utilizados en su construcción:
Estructura de acero: su construcción es rápida y se pueden conseguir espacios iluminados más grandes sin necesidad de pilares dentro de la nave.
Hormigón prefabricado: su construcción es fácil y rápida, en cuanto a iluminación están limitadas ya que no pueden ser naves muy altas.
Hormigón “in situ”: son las más económicas de construir pero las más limitadas en cuanto a iluminación, permiten incorporar subestructuras dentro de la planta.
Mixtas: es la combinación de estructuras de acero y hormigón, lo que permite realizar gran variedad de geometrías ahorrando costes en materiales.
A continuación vamos a ver el proceso de construcción de una nave industrial, independientemente del tipo de materiales utilizados.
Las naves industriales tienen grandes espacios sin apoyos intermedios para facilitar la operación sin obstáculos ni restricciones, consiguiendo así una gran facilidad y comodidad de espacio a la hora de trabajar.
Para empezar con el proceso de construcción de una nave industrial se debe saber a qué tipo de actividad va a ser destinada, ya que existe una legislación específica que se debe seguir según su uso además de otros documentos (CTE y RSCIEI). Por otra parte, el tipo de actividad al que va a ser destinada también influye en la dimensión de la nave ya que según la cadena de producción que se vaya a utilizar variará la longitud necesaria de la misma.
Ya con esta información, para empezar con el proyecto es importante conocer el lugar de emplazamiento donde se quiere construir y el tipo de nave industrial necesaria.
Podemos clasificar varios tipos de naves industriales según los materiales utilizados en su construcción:
Estructura de acero: su construcción es rápida y se pueden conseguir espacios iluminados más grandes sin necesidad de pilares dentro de la nave.
Hormigón prefabricado: su construcción es fácil y rápida, en cuanto a iluminación están limitadas ya que no pueden ser naves muy altas.
Hormigón “in situ”: son las más económicas de construir pero las más limitadas en cuanto a iluminación, permiten incorporar subestructuras dentro de la planta.
Mixtas: es la combinación de estructuras de acero y hormigón, lo que permite realizar gran variedad de geometrías ahorrando costes en materiales.
A continuación vamos a ver el proceso de construcción de una nave industrial, independientemente del tipo de materiales utilizados.